El agua es el componente vital de los seres vivos. De hecho se puede vivir sin alimento varios días, pero sólo se sobrevive unos pocos días sin agua. El ser humano tiene un 75 % de agua al nacer, y cerca de un 60 % en la edad adulta; aproximadamente el 60 % de esta agua se encuentra el interior de las células.
El resto es la que circula en la sangre y baña los tejidos. En el agua de nuestro cuerpo tienen lugar las reacciones que nos permiten estar vivos. Esto se debe a que las enzimas, que son agentes proteicos que intervienen en la transformación de las sustancias utilizadas para la obtención de energía, necesitan de un medio acuoso para que su estructura tridimensional, adopte una forma activa. El agua es el medio por el cual se comunican las células de nuestros órganos y por el que se transporta el oxígeno y los nutrientes a nuestros tejidos. El agua es la encargada de retirar de nuestro cuerpo los residuos y productos de desecho del metabolismo celular. Por último, gracias a la capacidad de evaporación del agua, podemos regular nuestra temperatura, sudando o perdiéndolas por las mucosas, cuando la temperatura exterior es muy elevada. El agua producida en la respiración de las células se llama agua metabólica y es fundamental para los animales adaptados a condiciones desérticas. Si los camellos pueden aguantar meses sin beber, es porque utilizan el agua producida al quemar la grasa acumulada en sus jorobas.
Dice su Palabra: "Dios, Dios mío eres tú; de madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, en tierra seca y árida donde aguas no hay" Salmos 63:1
Una vez recuerdo, visitando a una joven que hacía varias semanas que se ausentaba de la Iglesia, le pregunté el motivo de su ausencia; ella respondió: "Me siento seca". Quizás la vida que últimamente llevaba fueron la consecuencia de esa "sequedad" pero lo cierto es que el desierto puede alcanzarte si no estás acudiendo a diario a la "fuente".
El desierto da la idea de un lugar:
« Inhabitable
« En soledad absoluta
« Arenoso
« Sin agua
« Caluroso
« De noches tenebrosas
« Abandonado
Cuando no le alabas te secas ...
Cuando no le adoras te secas ...
Cuando tu amor por Él va decayendo te secas ...
Y así poco a poco tu vida se va convirtiendo en un DESIERTO. Ya no hay aguas, y si la encuentras son sólo unos oasis donde no alcanzas a saciarte; te sientes sólo.
La pregunta es:, ¿qué es un desierto para tí? Un desierto puede ser él sentirnos mal, estar deprimidos y tristes, sentirnos oprimidos por situaciones con nuestros familiares, o quizás en nuestros trabajos, en si un desierto son todas esas cosas que nos causan una tribulación o preocupación. Pero hay que agregar al tremendo: un desierto es la pérdida de la atención en Jesús; por consiguiente, el amor se va enfriando. . El no quiere que su pueblo viva en un desierto sino que vivamos en sumergidos en sus "manantiales".-
Pero veamos a Moisés. El reunió al pueblo de Israel en este instante cerca del rió Jordán a poca distancia de esa gran ciudad llamada Jericó; ellos estaban a punto de llegar a la tierra prometida por Dios. Entonces aquí tenemos a Moisés hablándole al pueblo de Israel; habían llegado a su destinación final y él les estaba recordando que solo le había tomado cuarenta años. ¿Se pueden imaginar cuarenta años en el desierto? Bueno, ese fue el tiempo exacto que les tomo a ellos para llegar a la tierra prometida.
Estamos hablando de un viaje que no toma más de dieciocho días, y les tomó a ellos cuarenta años. ¿Por qué suponen que esto sucedió? La respuesta es fácil. En el camino, el pueblo que Dios liberó, el pueblo que Dios amó, el pueblo que debería estar dando gracias desarrolló mala memoria. Empezaron a revelarse contra Dios y a olvidar los milagros que Dios hizo para liberarles de la esclavitud. Es por esta razón que Moisés les da esta gran advertencia antes de que cruzaran el rió y entraran en la tierra prometida. El no quería que según ellos se acomodaran y empezaran a disfrutar de las bendiciones que Dios les había dado se olvidaran la razón por la cual ellos estaban ahí. Que no se les olvidara mantener las leyes de Dios, que no se les olvidara que solo por obra y gracia de Dios estaban ellos en ese lugar. Les digo que esta advertencia de Moisés al pueblo de Israel es tan fuerte hoy como en ese entonces.
Esta advertencia es una que todos debemos tener muy en mente y dejar que penetre profundamente en nuestros corazones Con esto en mente continuemos ahora y veamos como esta advertencia se aplica en nuestras vidas. Veamos la importancia que tiene este desierto por el cual ellos tuvieron que atravesar en nuestro diario vivir. Como pudimos ver aquí, a ellos les tomo 40 años atravesar este pequeño tramo de desierto. Pero se ha preguntado: ¿cuál fue la razón principal responsable por esto? La razón por la cual ellos estuvieron en ese desierto por tanto tiempo es porque ellos salieron de Egipto, pero Egipto no había salido de ellos.
Les digo esto porque en muchas ocasiones nosotros hacemos lo mismo, nosotros dejamos de concentrarnos en Cristo y nos concentramos en el desierto.
Pero recuerda hay esperanza para aquel que viene del desierto:
"En las alturas abriré ríos, y fuentes en medio de los valles; abriré en el desierto estanques de aguas; y manantiales de aguas en la tierra seca" ( Isaías 41:18 )
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