lunes, 4 de abril de 2011

Cuenta las bendiciones

«Ah, no, otra vez no», susurró Wendy para sí, al despertar de un profundo sueño a las dos de la madrugada. Por varias noches, se había despertado de madrugada y no había podido volver a dormirse. Wendy trató de contar ovejas, y luego de contar de atrás para delante, pero todavía seguía despierta. La leche tibia solo logró despabilarla. Por varias horas cada noche, se sintió muy mal, esforzándose por volverse a dormir y preocupándose por la causa del problema. Durante el día, le resultaba muy difícil concentrarse en su trabajo, y los oscuroscírculos en sus ojos la hacían ver mucho mayor de lo que era. Entonces una noche, cuando se despertó muy de madrugada, Wendy tomó su Biblia y comenzó a leerla y a estudiarla. Durante las muchas noches que siguieron a esa, escudriñaba la Palabra de Dios y de forma gradual comenzó a entender el mensaje que le ofrecía. Su contar ovejas cambió a contar bendiciones, y descubrió enseguida que siempre se dormia antes de que pudiera contar todas las bediciones. En lugar de temerle a su insomnio, anhelaba estudiar la Palabra de Dios en la madrugada.
El poder de Dios y su presencia le llenaban el alma. Poco a poco, mientras más tiempo pasaba con Dios, más poder espiritual sentía y aumentaba su sentimiento de autoestima.
Por primera vez en mucho tiempo, Wendy se sintió en control de sus sentimientos y comenzó a creer que en Él podía hacer todas las cosas por medio de Cristo. Al final, el insomnio de Wendy desapareció y volvió a tener dulces sueños.
Se aseguró, sin embargo, de pasar tiempo con el señor durante el día.
Seguía agradecida por sus noches sin dormir; Dios usó ese tiempo para enseñarle la verdad de vivir y el gozo de amar. Cuando contaba sus bendiciones, se daba cuenta de que la respuesta para dormirse no estaba en contar ovejas, sino en clamarle al Pastor de ovejas. Fuente: A través de la noche con Dios
Y haré de ellos y de los alrededores de mi collado una bendición. Haré descender lluvias a su tiempo; serán lluvias de bendición. --Ezequiel 34:26

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