
Delante de ella será expuesto todo lo oculto, lo malo, lo que no es recto. Debemos dejar que la palabra sea la que renueve nuestros pensamientos, ya que de allí parte todo, porque éstos se convertirán en acciones, y las acciones en hábitos. Al meditar contínuamente en la palabra, ésta renovará nuestro ser, y se harán cambios de adentro hacia afuera.
Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bién. ( Josué 1:8 )
La palabra de Dios es la herramienta que Dios nos ha dejado, junto con su Espíritu para escudriñar nuestro andar. De nosotros dependerá el aplicarla a nuestra vida para que realmente vivamos como El quiere, y seamos prosperados en todo.
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